El rey Felipe VI de España y el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunieron este sábado en el Palacio Nacional de la capital mexicana, la primera reunión que el mandatario mexicano mantuvo con un líder extranjero tras su investidura.
La reunión tuvo lugar tras la toma de posesión de López Obrador en la Cámara de Diputados de México y antes del almuerzo en el Palacio Nacional que el nuevo presidente de México celebró con los jefes de Estado y de Gobierno que acudieron a su investidura.
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Felipe VI y López Obrador se reunieron en un salón del Palacio Nacional en el que también estuvieron la esposa del nuevo presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, y el embajador español en México, Juan López-Doriga.
El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asumió el enorme desafío de impulsar un cambio radical en el país que acabe con la corrupción, la impunidad y la inseguridad al tiempo que aplicaría costosas medidas sociales en beneficio de las clases más desfavorecidas.
El nuevo presidente mexicano aseguró que combatirá la corrupción
La magnitud del reto es descomunal por los graves problemas que arrastra México con un 43 % de la población en situación de pobreza a lo que se une un sistema de corrupción público y privado que atenaza el crecimiento y desarrollo del país.
En su discurso de investidura, López Obrador prometió resolver de un plumazo todos los males del país comenzando por la corrupción y la impunidad, además de hacer inversiones millonarias en proyectos de infraestructuras y aplicar programas sociales para los jóvenes y las clases más desfavorecidas.
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El izquierdista López Obrador prometió una "nueva patria" sin corrupción, violencia o pobreza. Entre algunas de sus principales propuestas que desgranó en el discurso a la nación ofrecido tras su investidura ante el Congreso de la Unión están: Acabar con la corrupción y la impunidad. Para ello, promueve una ley para que la corrupción sea considerada un delito grave; Reabrir el caso de Ayotzinapa para llegar a la verdad de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014 y castigar a los responsables; Acabar con la "calamidad" del modelo neoliberal, que ha empobrecido la población y cuyo "distintivo" es la corrupción; Convertir la migración en "optativa y no obligatoria"; Volver la autosuficiencia energética al país con la renovación y construcción de refinerías; Otorgar diez millones de becas a estudiantes, al igual que la creación de cien universidades públicas: Contratar 2,3 millones de jóvenes como aprendices remunerados en empresas.
También el nuevo presidente mexicano prometió aumentar la pensión de adultos mayores al doble y con carácter universal; dar un millón de pensiones por discapacidad: ayudar a los damnificados de los sismos; bajar los sueldos de los altos funcionarios, empezando por el del presidente, que percibirá el 40 % menos que su antecesor, Enrique Peña Nieto; eliminar las flotillas de aviones y otros vehículos oficiales. Vender el avión presidencial y crear una Guardia Nacional, encabezada por militares, con pleno respeto a los derechos humanos. "El soldado es pueblo uniformado", dijo.